Isabel se casó allí , en Santa Bárbara. Por eso quería un vestido con cola y cierto volunen.
La falda era de tafetán de seda y el cuerpo era de gasa con mangas camiseras.
Isabel estaba encantada y comodísima. Feliz y emocionada entró en la iglesia con una mantilla de encaje de bruselas de su familia, sujeta a la cintura con un broche de su madre.
El ramo de flores de colores ideal de tamaño y forma.
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