Luisa quería un vestido sencillo, pero con un toque especial.
Su boda se celebraría en el campo , en el esquileo, Segovia, que es propiedad de su familia.
En las pruebas fuimos construyendo un vestido ligero de muselina y satén de lineas sencillas, con el talle bajo y el cuerpo ligeramente ablusado.
Para darle el toque especial pensamos en un broche hecho especialmente para ella de hojas metálicas doradas, pero todavía nos faltaba algo, y fue ella la que me dio la idea, ¿Por qué no proponíamos a Isabel Alonso Vega (pintora) que nos pintase algo en la falda…?
Isabel había pintado algunos vestidos para nosotros que Luisa había visto en algunas fiestas y le encantaba.
El resultado fue precioso, «¡Era justo lo que quería!» nos decía Luisa en la prueba final, estaba feliz.
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